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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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17-05-2016

 

Addendum: Dónde y en qué estamos este 15 M en el Reino de España

 

 

 

SURda

España

Opinión

Antoni Doménich, G, Buster, Daniel Raventós

 

Lo que sigue debe leerse como un addendum a nuestro artículo editorial del pasado 14 de abril: Reino de España: entre el 14 de abril y el 26 de junio

Veinticuatro horas después de que se difundiera el primer video de la precampaña electoral de Mariano Rajoy, grabado en La Moncloa, la Comisión europea decidía llevarle la contraria y proponer sanciones por valor de un 0,2% del PIB por su incumplimiento del ajuste fiscal acordado para 2016.  El sujeto de la oración siempre es confuso en este tipo de “narrativa”. Pero es evidente que el responsable de aceptar la política de ajuste fiscal comunitaria (“no nos la impone Bruselas, creemos que es lo mejor para España”) y de no aplicarla presupuestariamente, de acuerdo con la Constitución de 1978, es el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. La multa, sin embargo, la paga toda la ciudadanía.

El increíble mensaje preelectoral del PP

Y es muy difícil –cuando hay pruebas a contrario que afectan al bolsillo— creerse el mensaje central electoral del PP , a saber: que un “gobierno de cambio” pondría en peligro las contrarreformas emprendidas y el relanzamiento de la economía española.

Ese es precisamente el argumento de las sanciones de la Comisión: que con el crecimiento de la economía española (2,6% para 2016, 2,3% para 2017), del que tanto ha alardeado el gobierno Rajoy, es difícil justificar una desviación del ajuste fiscal pactado de más de 1% del PIB. Que ese margen corresponda exactamente a la diferencia positiva con la media del crecimiento de los otros estados miembros, solo echa sal sobre la herida. Hasta el punto de que el presidente del Eurogrupo del PP, Manfred Weber, ha exigido por carta a Juncker , el presidente de la Comisión: "Le urgimos a garantizar una total y coherente aplicación del Pacto de Estabilidad y Crecimiento en todos los Estados Miembros (…) hay que demostrar que somos capaces de aplicar las leyes actuales, antes de crear más".

Para imponer esas sanciones (que pueden implicar también perder las ayudas y los Fondos estructurales comunitarios), de acuerdo con el art. 126 del Tratado de Funcionamiento de la UE basta que no se exprese en contra en el Eurogrupo y el Ecofin una mayoría. Es decir, el famoso margen de aplazamiento de un año del ajuste de los 22.000 millones de euros que Rajoy dijo haber conseguido gracias a las gestiones de Guindos va a costar la friolera de unos 110 millones de euros.

Como subvención pública de la campaña electoral del PP no está mal. Sobre todo cuando se pretende recortar las subvenciones públicas (no las privadas) para los gastos de campaña . No es de extrañar que ni Guindos ni Montoro hayan querido volver a participar en las listas electorales del PP.

Las sanciones se extenderán a otros estados miembros, como Portugal (gobierno socialista apoyado en coalición de izquierdas) y tal vez Italia (gobierno socio-liberal de Renzi), en medio del debate sobre cómo reestructurar la deuda griega un par de generaciones, con la amenaza del FMI de no conceder créditos futuros.

Pero el mensaje político sobre el gobierno Rajoy no puede ser más devastador ante los mercados: la Comisión duda mucho de que Unidos Podemos (UP) pueda llegar al gobierno (y si lo hace, ahí tiene el ejemplo de Syriza), pero si, en cambio, UP se convierte en el principal partido de la oposición, la Comisión en ningún caso consentirá que esa oposición condicione al gobierno de “Gran Coalición”, “Técnico” o como quiera llamársele: que ya se ocupa ella de evitarlo poniendo al PP bajo su estricta disciplina y férula, esas que con tanto gusto y aparente convencimiento han aceptado Rajoy y sus ministros.

El problema de la representación de los intereses de las clases rectoras españolas se extiende peligrosamente ahora al de las elites potentadas europeas, habida cuenta del fracaso de su incoherente diplomacia económica. Rajoy ha dejado de ser el valido, para convertirse en el mandado rigurosamente vigilado de la Troika.

La “avalancha” multiplicadora de Unidos Podemos

La confluencia electoral de Podemos, Izquierda Unida, En Comú, Mareas, Compromís y otras organizaciones de izquierda, y ecologista y alternativas ha tenido un efecto fulminante en la opinión pública. Ya empiezan a recogerlo las distintas encuestas de opinión (véase, por ejemplo 1 , 2 ), que no sólo apuntan a un sorpasso del PSOE, sino incluso a un acercamiento a la posición de cabeza del PP. Diríase que el romance centrista protagonizado estos últimos meses por Pedro Sánchez y Albert Rivera, los Florindo e Isabella de una pésima Commedia de l'Arte, ha sido desbaratado por un Pablo Iglesias cómodamente instalado ahora en un papel de Brighella tan olvidado de aquel texto sin contexto de la “centralidad del tablero”, como vivamente impresionado –a la fuerza ahorcan— por el millón de votos de IU y el buen hacer de Alberto Garzón –el político mejor valorado por la opinión pública— en estos últimos meses.

Lo cierto es que la dinámica política refleja ahora sin demasiadas mediaciones una dinámica de polarización social y económica creciente. El grueso de los votos que (según todas los sondeos) podía perder Podemos no procedían del “centro”, sino de una izquierda social tan heterogénea tal vez en su composición como homogéneamente hastiada de politiquerías y juegos erráticos de trono, “relato” y  salón: como lo prueba el notable ascenso augurado a IU y la buena imagen pública conquistada por Alberto Garzón. De modo que la confluencia con IU parece tener tres grandes virtudes, y no sólo para Podemos:

1) Ataja esa sangría de voto por la izquierda, e incorpora al grueso de los votantes de IU a una candidatura común, capaz de hacer frente con éxito al handicap de la ley electoral española (que castiga severamente a las formaciones pequeñas que se presentan en todo el territorio del Reino sin concentrarse, como los nacionalismos periféricos, en una zona electoral determinada);

2) recupera un voto tendencialmente abstencionista, también de izquierda y verosímilmente desencantado con la evolución –“centrista-populista” hacia fuera y jerárquico-autoritaria hacia adentro— de la dirección Podemos;

3) y, tal vez lo más importante de todo, puede incorporar, por su derecha, a no pocos votantes socialistas tradicionales, que, obnubilados por la formidable misse en scene de Pablo y Alberto y por las sucesivas encuestas de opinión que vayan confirmando el sorpasso ,  llegarán a la conclusión de que el actual PSOE ya no es el voto útil de la izquierda (y no digamos del "cambio"), sino que el voto más útil es, precisamente, el de las Confluencias.  

Los puntos 2) y 3) apuntarían a que el pacto de UP no sólo suma, sino que multiplica. Lo que parece suficientemente evidente. Los mismos medios de comunicación que hablaban hasta ayer del “desplome” de Podemos, advierten ahora del peligro de una “avalancha”, y no pocos se avilantan a recuperar la retórica postfranquista del peligro “comunista”.

(Gráfico elaborado por José Fernández-Albertos sobre la encuesta del CIS de abril 2016)

La derecha no se prepara para una guerra de posiciones, sino para una guerra de cloacas

Las campañas del miedo y de la guerra sucia están servidas: más que a librar una “guerra de posiciones”, la derecha española (y tal vez la parte de la dirección del PSOE ya resuelta a no poner obstáculos a una Gran Coalición) parece dispuesta a librar una “guerra de cloacas”. Ha llegado a niveles no solo inconstitucionales (como el envío de comisiones policiales sin control judicial para realizar fuera del territorio nacional interrogatorios sobre la supuesta financiación de Venezuela a la Fundación CEPS antes mismo de la constitución de Podemos), sino delictivos (como las actuaciones del juez Alba contra su antecesora, la jueza Rosell, candidata de Podemos).  Con un goteo continuo de casos de corrupción en el PP, a los que ahora se suman los de la incapacidad de gestión  de lo que hasta ahora era su autoproclamado brazo incorrupto (pero inútil): los dirigentes del PP vasco, Alonso y Maroto . Y con la terrible amenaza del juez Velasco de abrir ya en los próximos días el sumario del “Caso Púnica”, lo que, a no dudar, salpicará a buena parte de la vieja clase política madrileña (no sólo al PP).

En este escenario de descomposición de la legitimidad del PP –independientemente de cuál acabe siendo su suelo electoral, habida cuenta de la polarización en la campaña—, la propuesta de una alianza electoral para el Senado de todos los partidos que insisten en la necesidad de desalojar al PP del gobierno (exigencia que nunca compartió Ciudadanos), parece evidente y urgente. Solo faltaría que después de salir del gobierno un PP por debajo del 30% de voto, estuviera aún en condiciones de bloquear desde el senado –gracias a una ley electoral sesgada y escandalosamente injusta—, no ya una reforma constitucional, sino cualquier reforma legislativa.

Los distintos estudios realizados demuestran que bastaría el voto cruzado de los electores de izquierdas a los primeros de cada uno de sus listas para el senado –o, incluso mejor, la formación de coaliciones provinciales para el senado- para que la mayoría del PP se convirtiera en una mayoría PSOE-Unidos Podemos (véase el cuadro elaborado para Electomania por M. Algar ).

Las negociaciones de esta estrategia evidente comenzaron allí donde ya existe un gobierno de izquierdas PSOE-Compromís, apoyado por Podemos: en la Comunidad Valenciana. Cuando Podemos hizo la propuesta de extender las negociaciones a todas las comunidades autónomas, la respuesta torpemente inmediata de Pedro Sánchez fue: “No, gracias; somos una fuerza autónoma con un proyecto autónomo”.

Via crucis y corona de espinas de Pedro Sánchez

La respuesta resulta poco convincente, después de haber basado su fracasada candidatura al gobierno, tras las elecciones del 20 D, en una coalición programática con Ciudadanos. En cualquier caso, dicha coalición está rota (al menos para Ciudadanos, que ha vuelto al redil de la Gran Coalición de Rajoy). Pero, sobre todo, ha vuelto a colocar a Pedro Sánchez y a los barones del PSOE ante la hirsuta “realidad”: lo que está en juego en las elecciones del 26 J es un gobierno pro- o anti- austeridad, un gobierno pro- o anti- derecho de autodeterminación de Cataluña.  

El comité federal del sábado 14 de mayo , que culminó con la proclamación de la candidatura de Pedro Sánchez, fue la triste plasmación del escenario apenas contenido de la crisis galopante del PSOE. Lejos de ser un foro de debate capaz de movilizar al votante socialista, se convirtió en un confuso cierre de filas. Faltaba sobre todo Ximo Puig, el presidente de la Comunidad valenciana desautorizado tras el bloqueo de las negociaciones para el senado. Y tras la comedia de las listas electorales (¿cómo se puede poner como ejemplo de renovación a Margarita Robles, tras la huida de Irene Lozano y el abandono de Carmen Chacón ante la amenaza de primarias en Barcelona?), se quedó sola, para una coronación con corona de espinas, una Susana Díaz que no se ha privado de adelantar ya que será su verdugo tras el previsto fracaso electoral del 26 J.

Ni García-Page (presidente de Castilla-La Mancha con apoyo de Podemos), ni Miquel Iceta (cuyo partido acaba de entrar en el ayuntamiento de Barcelona de la mano de Ada Colau), ni siquiera Fernández-Vara (presidente de Extremadura), que había adelantado 24 horas antes las aviesas intenciones de Díaz, encontraron tiempo para asistir a la cruel coronación del candidato socialista . Con este ambiente no es de extrañar que Pedro Sánchez no encontrase mejor analogía que la de otra víctima interna de su propio partido: Adolfo Suárez: “Puedo prometer y prometo decencia, diálogo y dedicación”. A lo que Susana Díaz, verosímilmente molesta con tanta consonante interdental, repuso tan jaque: “no hay que conformarse con el segundo puesto; hay que salir a ganar”.

Los bucles tautológicos de Ciudadanos

De Ciudadanos no hay mucho que decir. Albert Rivera, el “gran ganador” del fracasado interregno centrista según los medios que lo alentaron, vuelve a estar aplastado por la polarización PP / UP de la precampaña, y le ha dado por los bucles tautológicos: “"Si somos decisivos, si somos fuertes, habrá un gobierno estable y se harán las reformas que España necesita"; o: "C's se presenta sin hoces, ni martillos,  ni corrupción". De momento, se ha visto obligado a proceder a una auténtica purga de candidatos, en algunos casos por los Papeles de Panamá . Lo que parece haber abandonado definitivamente es su proyecto de alianza con el PSOE. Aunque sigue hablando de la necesidad del recambio de Rajoy al frente del PP, ahora es ya solo una precondición a abandonar a las primeras de cambio en unas negociaciones sin condiciones previas.

Hacer vivir el 15 M para ganar el 26 J

Mientras tanto, esta tarde de domingo 15 de mayo, a 40 días del 26 J, en el Madrid que celebra a su patrón, San Isidro, miles de personas celebran el 5º aniversario del 15 M, recuerdan el 68º aniversario de la Nakba palestina o reivindican una educación laica y pública con la Marea Verde. Como dijimos entonces, hace ahora cinco años :

“La inopinada irrupción del movimiento del 15 de mayo se ha convertido en el centro indiscutible de la vida política española, colocando a nuestro país en la portada de todos los grandes medios de comunicación internacionales y suscitando, según todas las encuestas formales e informales, un caudal irrepresable de simpatía entre las más amplias capas de la población.

“Su radicalidad no ofrece duda: ‘Error del sistema. ¡Reiniciar!', ‘No somos antisistema; el sistema es antinosotros'.

“Su vocación política y democrática, tampoco: ‘¿Apolíticos? ¡Superpolítcos!', ‘¡Democracia real, ya!', ‘Basta de falacia; queremos democracia', ‘La democracia no está muerta', ‘Nosotros tenemos el poder, no los políticos', ‘Reforma de la antidemocrática ley electoral', ‘Tu voto vale mucho, no lo regales'.

“De su capacidad para identificar con precisión al adversario, queda cumplida y humorística constancia: ‘No son humoristas; son empresarios', ‘No hay pan para tanto chorizo', ‘Violencia son 600 euros al mes', ‘Que no nos engAAAñen, que nos digan la verdad', ‘Tu Botín, mi crisis', ‘Juntos y organizados, podemos contra los mercados', ‘Queremos un pisito, como el principito'.

“Y sobre todo y ante todo, ese profundo, certero y demoledor:  ‘¡No somos mercancía en manos de políticos y banqueros!'. (…)

“Dado eso, el movimiento del 15 de mayo se ha ganado sobradamente el derecho a que la pregunta pertinente sea precisamente la inversa, y es a saber: ¿cuál es la alternativa al movimiento democrático del 15 de mayo?.”

Cinco años después de aquel 15M, el bipartidismo –columna central del sistema político de la Segunda Restauración— habrá pasado de tener entonces un 83% del sufragio a tener el próximo 26 J (si los sondeos se confirman) menos de un 40%. Y ya no es alternativa de nada.

Queda para otro momento la importante cuestión de cómo podría llegar a ser verdadera alternativa un posible gobierno de izquierda que, surgido del 26J, tendría que saber enfrentarse –política y pericialmente— a unas autoridades europeas que ya supieron aplastar sin contemplaciones en la combativa Grecia a un gobierno de Syriza trágicamente allanado a la capitulación.

Fuente: http://www.sinpermiso.info/

 

 
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